10 de octubre de 1935
¡¡Esa Cartagena wena!! Ya llevo en Cartagena dos semanas... no es que haya cambiado en cuanto a la preparación como pelotón de infantería, pero me he recorrido media España, ¡¡y gratis!! Aparte estoy mucho más agusto... ¡¡dónde va a parar!!
Me he encontrado con gente incluso de cerca de mi pueblo, como Ramón, un chico de Ávila. Es muy buena gente, pero tiene algunos problemas en casa según me ha contado. Dice que en cuanto se licencie se va a casar con su novia. ¡¡Qué envidia!! Tiene una foto de ella y es muy guapa, pero no tanto como Adela (jiji). Me ha dicho que me invitará a la boda, que será el próximo septiembre. Lo conozco todavía de poco para tal invitación, pero ya me ha comprometido...
En Cartagena la presión a la que nos someten en el cuartel de Infantería es más o menos la misma rutina que en Valladolid. Por suerte, aquí no me conocen y no soy “el enchufado” como me llamaban allí. Al no tener un trabajo diario, sí tengo algunos días de vacaciones y he aprovechado para ir a la playa. La verdad que a estas alturas del año, con el frío que hace en el pueblo, ¡¡y aquí la gente se sigue bañando!! Lo que me encantaría tener una cámara de fotos y poder enseñarle todo esto a mi familia... ¡¡lo que daría por tener aquí a Adela!!
¡¡Esa Cartagena wena!! Ya llevo en Cartagena dos semanas... no es que haya cambiado en cuanto a la preparación como pelotón de infantería, pero me he recorrido media España, ¡¡y gratis!! Aparte estoy mucho más agusto... ¡¡dónde va a parar!!
Me he encontrado con gente incluso de cerca de mi pueblo, como Ramón, un chico de Ávila. Es muy buena gente, pero tiene algunos problemas en casa según me ha contado. Dice que en cuanto se licencie se va a casar con su novia. ¡¡Qué envidia!! Tiene una foto de ella y es muy guapa, pero no tanto como Adela (jiji). Me ha dicho que me invitará a la boda, que será el próximo septiembre. Lo conozco todavía de poco para tal invitación, pero ya me ha comprometido...
En Cartagena la presión a la que nos someten en el cuartel de Infantería es más o menos la misma rutina que en Valladolid. Por suerte, aquí no me conocen y no soy “el enchufado” como me llamaban allí. Al no tener un trabajo diario, sí tengo algunos días de vacaciones y he aprovechado para ir a la playa. La verdad que a estas alturas del año, con el frío que hace en el pueblo, ¡¡y aquí la gente se sigue bañando!! Lo que me encantaría tener una cámara de fotos y poder enseñarle todo esto a mi familia... ¡¡lo que daría por tener aquí a Adela!!
1 comentario:
Se llaman machotes, la gente se acostumbra a bañarse incluso con temperaturas bajas y así disfrutan de la playa cuando quieren, jaja.
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