lunes, 18 de febrero de 2008

Porque no

Porque nunca estaré a tu altura. Porque me encantas. Porque nunca te fijarás en mi. Porque cada vez que te veo me late más fuerte el corazón. Porque no sabes que te quiero. Porque te haría la persona más feliz del mundo. Porque nunca me lo perdonaría. Porque quiero besarte. Porque no puedo pensar en otra cosa. Porque te ríes conmigo. Porque nunca te faltaría de nada. Porque salvarías mi vida. Porque nunca leerás esto. Porque puedes quererme sin saberlo. Porque no quiero que lo leas. Porque puedes ser tú. Porque no quiero que lo sepas. Porque esto es un secreto. Porque nunca sabrás quién soy.

Johny Reader Walker

En medio de una de las más terribles batallas, mientras arañaban el suelo sin ningún motivo aparente, se hizo el silencio más profundo. El suelo se abrió en dos. Me parece muy curioso que el tener tanto tiempo libre hiciera que no disfrutase del mismo. Un humo negro cubrió el valle. Ese día tan oscuro, pero a la vez reluciente, hizo tornarse totalmente negro para atacantes y defensores. Cuidado que viene un coche... Era la única oportunidad de salir con vida. Falat y Ardut encontraron la única forma de defender su ciudad: dejar ciego al adversario aunque eso implicaba cegarse ellos mismos. El semáforo está en rojo. Espero que los nuestros se retiren a tiempo: vamos a atacar a la multitud. Ellos son más por lo tanto: más morirán. Esa tía me ha mirado con cara de interesante... Ardut sabía que no volvería a ver a su hermano. Por desgracia, si no lo habían matado los persas, lo harían ellos mismos. No sé si le he gustado yo, o el libro que me estoy leyendo.

jueves, 14 de febrero de 2008

Mi cena

Uf... no podía aguantar, os tengo que enseñar la pedazo de cena que me he tomado esta noche. ¡¡Qué güena!!
Pedazo de cena

El problema ha sido lo que me suele pasar siempre. Tras beber un poquito de líquido, en este caso una buena cerveza, el cuarto de baño estaba ocupado. Esta semana ya he bailado unas cuantas veces el baile de San Vito, y eso que no he salido de fiesta en ningún momento.
Me meo

domingo, 10 de febrero de 2008

Una mirada

Son muchas personas las que me cruzo por la calle. A unas les miro los pies y a otras las caras. Pero a ti fueron los ojos. Me encantaron. Normalmente nadie se fija en mi. Todos van a sus cosas. Pero tú me miraste y clavaste tus ojos en los míos. Hubo un momento de tensión... te pusiste incluso nerviosa, me sonreíste, y seguidamente ya no estábamos uno enfrente del otro. Tú volviste a tu vida y no te acordarás nunca más de mi. Duró un segundo, pero aún te recuerdo.

Si fuese compositor, tal vez te hubiera hecho una canción así.