Locura o acierto

Es curioso, pero sucede, que una persona en un determinado momento no sepa hacia dónde seguir. Existen varias elecciones, varios caminos, pero ninguno convence. Pero uno ha de elegir. Incluso la propia decisión de no elegir se convierte en una decisión.

Uno de los posibles problemas surje al elegir un camino de rosas, y a los pocos pasos te encuentras las espinas. En lugar de dar media vuelta, piensas que todo cambiará y continuas, dejando todo lo que tenías en el empeño. Mucho tiempo después las espinas te han hecho sangrar tanto que ya no te acuerdas de los motivos iniciales que te impulsaron a tomar esa decisión. Y finalmente, cuando ya no hay razón para continuar y sin embargo estás acariciando las rosas te preguntas: ¿esto qué narices es?

Tras mucho tiempo esperando a que comenzase mi ansiado trabajo, después de más penas que glorias, el mismo día en que tenía que firmar el contrato de mi esperado futuro, lo he rechazado. ¿Por qué? Las premisas iniciales ya no me convencen.

Mis pies descansan para comenzar dentro de muy poco otro nuevo camino.

¿Locura o acierto? La cuestión es que me encuentro en el mismo punto que antes de comenzar el camino, aunque ahora estoy herido, cansado y además perdí en el camino a muchos compañeros de viaje... y sin embargo, a pesar de tener menos que antes, soy más feliz.